Barradas, el pintor uruguayo reivindicado por Lorca



“¿Sabe usted lo que pensaba en Montevideo mientras los fotógrafos me enfocaban y los periodistas me hacían preguntas? Pues en Barradas, el gran pintor uruguayo a quien los uruguayos y españoles hemos dejado morir de hambre”, decía Federico García Lorca en 1933 al periodista Pablo Suero en un viaje rumbo a Buenos Aires. “Todo lo que me daban a mí se lo negaban a él”, evocaba el poeta español sobre el artista uruguayo que no fue profeta en su tierra hasta después de su muerte.
El Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo reivindica su figura estos días con gran exposición con más de 200 obras y 50 documentos del artista, que según el director del museo, Enrique Aguerre todavía “no se ha reivindicado lo suficiente”. Ha habido exposiciones en Madrid y en Buenos Aires pero ninguna en Montevideo desde 1972.
La muestra, una de las más completas del autor, hace un recorrido por obra desde sus principios en Montevideo como artista autodidacta, hasta su época en Madrid y Barcelona, donde fue amigo de los vanguardistas de la época y de autores como Lorca, a quien introdujo en los círculos artísticos de Barcelona en los años veinte.
“Ambos eran artistas entrañables”, asegura Aguerre, “saben cómo conectar con el espectador, al que hablan de igual a igual” y a través de su obra son capaces de establecer “un vinculo afectivo casi instantáneo”.  Barradas era una persona “tierna, muy familiar, muy enamorado de su mujer, Pilar –a la que conoció en España-, que fue el amor de toda su vida” y a quien pintó durante toda su carrera.

Nacido en Montevideo en 1890, hijo de padres españoles,  comenzó su obra muy joven. En 1913 funda "El Monigote", una revista satírica sobre el ambiente cultural en Montevideo en la que publica litografías y caricaturas de políticos y artistas de la época. Ese mismo año viaja a Milán gracias a su amigo el tenor Alfredo Médici, que comparte con  él una beca que le concedió el Estado.
De Milán va a Madrid, donde frecuenta las tertulias artísticas y conoce a poetas, críticos y pintores españoles vinculados a la vanguardia. En 1917 expone en la capital española mientras realiza numerosos trabajos gráficos en Barcelona, participa en el movimiento ultraísta y colabora con numerosas revistas.
En los años 20, de nuevo en Madrid, es contratado como dibujante para la "Biblioteca Estrella". Barradas llega a tener su propia tertulia en el café Oriente frecuentado por el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel y el joven poeta García Lorca. Artista polifacético trabaja como escenógrafo y dibujante de carteles para el Teatro del Arte.
En 1926 se traslada a Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde realiza una serie de paisajes de la localidad y crea "Ateneíllo de Hospitalet”,  frecuentado por intelectuales y artistas.
En 1928, enfermo, vuelve  con su familia y su obra a Montevideo, donde muere el 12 de febrero de 1929.

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